Nietzsche dijo: «Aquel que tiene un por qué lo bastante fuerte, puede soportar casi cualquier cómo». De acuerdo con Andrés Tamayo, en el libro el entrenamiento mental del bailarín, los motivos se dividen en dos: los externos y los internos.
Los motivos externos serían por ejemplo: "porque mis papás querían", "porque tenía que escoger un extracurricular", "para participar en el concurso", etc, todo lo que depende de factores externos mientras que los motivos internos son los que nacen del propio bailarín como "por aprender", "porque me gusta", "para sentirme bien", "porque lo disfruto", "porque me hace ser mejor".
Los motivos internos sin duda, son más poderosos al momento de que el bailarín se enfrenta a las dificultades, ya que tendrá mayor fortaleza porque sus motivos son lo suficientemente fuertes y poderosos para seguir, mientras que, es más probable que los bailarines deserten cuando sus motivos no están claros o dependen de otros...
Ahora te pregunto a ti bailarín¿Por qué bailas?